Mucho se ha escrito y hablado sobre la cotización por ingresos reales de los autónomos en España durante estos días. Muchos medios de comunicación, blogs y canales de emprendimiento se han hecho eco de la propuesta publicada por el gobierno, y aquí queremos analizarla.
Antes de nada, hay que dejar claro que la situación actual de los autónomos en España es muy desfavorable en relación a la de los trabajadores por cuenta ajena en cuanto a prestaciones recibidas, pensión, etc. No vamos a proporcionar datos concretos porque da para otro artículo, pero puedes buscar información por ti mismo. Esto no es culpa de este gobierno, sino que es algo crónico en España.
Pero esta situación desfavorable lo es también en el sentido de que un autónomo actualmente no paga realmente una cuota acorde a sus ingresos y esto perjudica a aquellos que menos ingresos tienen, por lo que en principio, que el autónomo pague acorde a sus ingresos (cotización por ingresos reales) es una medida excelente. Eso sí, con el matiz de que debe implementarse bien y hacer honor a su nombre.
Sin embargo, la propuesta emitida por el gobierno, es de todo menos favorable, ya no solo para los que más ingresan, sino para todos. De hecho, los que menos ingresen, en porcentaje, serán los que más paguen a la seguridad social.
Deficiencias en la propuesta de cotización por ingresos reales de los autónomos
Antes de meternos en cifras, vamos a analizar otras cosas a tener en cuenta:
- Un autónomo no es un asalariado, unos meses va a cobrar más, otros menos, unos años más, otros menos o incluso tener pérdidas. Aún teniendo pérdidas, o impagos, el autónomo deberá hacer frente a su cuota. Esto sucede ahora también, pero entonces el nombre de «cotización por ingresos reales» no refleja la realidad de la medida.
- Debido al punto anterior, al autónomo se le deben proporcionar mecanismos para adaptar su cotización a su situación financiera y previsiones, de la forma más flexible posible. Imponiendo unas cuotas tan abusivas como veremos en el apartado de las cifras, esto ya no se cumple.
- Actualmente la seguridad social no tiene infraestructura para llevar a cabo esta medida. Apenas es capaz de cruzar datos con Hacienda, y menos aún de forma automatizada, por lo que a día de hoy es imposible llevar a cabo esta propuesta de forma ágil. Es decir, como autónomo, te endosarán horas de trabajo para que tú mismo calcules tu cotización, y cuidado como te equivoques…
- Por eso, el gobierno propone que el sistema comience en 2023 (plazo insuficiente para adaptar todo), y que tenga un período de transición de nada más y nada menos que 9 años. Una auténtica locura. Es decir, este sistema tendrá que pasar por tres legislaturas políticas y probablemente cambios de tendencias en la economía hasta estar operativo.
- Los tramos de cotización no son progresivos, no paga más en proporción quien más gana y, además, no queda claro si hay errores de salto o no. Es decir, que si te pasas de un tramo a otro por un euro pagas una barbaridad de más.
- Muy importante: se entiende que al haber un sistema de cotización por ingresos reales lo más probable es que desaparece la tarifa plana para autónomos. Ahora un autónomo que empiece desde 0 tiene un período de un año que apenas paga unos 50 euros al mes de cuota, y tras ese año otras reducciones. Con este sistema, se da por hecho que esta ayuda desaparece, lo que hará que muchas menos personas se lancen a montar su propio negocio.
- En principio, esta medida afecta «solo» a los autónomos en régimen de estimación directa: quedan excluidos autónomos societarios o los que tributan por módulos. Sin embargo, el sistema de módulos ya se ha manifestado la intención de eliminarlo, por lo que al final, estos pasarán a estimación directa casi con toda seguridad. Pero los societarios, que de media tienen unos ingresos mayores, no estarán afectados.
Tramos de cotización por ingresos de los autónomos
Teniendo en cuenta todo lo anterior, ahora sí, vamos a ver las cuotas que pagarán los autónomos en función de sus ingresos.
Para ello, el gobierno ha propuesto que desde 2023 en adelante se paguen unas cantidades, y una vez transcurridos los 9 años de adaptación, otras.
Estas cantidades a pagar una vez implantando totalmente el sistema son las siguientes:
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos de menos de 3.000 euros, es decir una media de 250 euros al mes, pagarán 90 euros mensuales de cotización. Esto quiere decir 1.080 euros año, el 36% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 3.000 euros y 6.000 euros pagarán 120 euros al mes de cotización, 1.440 euros al año, el 24% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 6.000 euros y 9.000 euros pagarán 185 euros al mes de cotización, 2.220 euros al año, el 24,7% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 9.000 euros y 12.600 euros pagarán 235 euros al mes de cotización, 2.820 euros al año, el 22,4% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 12.600 euros y 17.000 euros pagarán 275 euros al mes de cotización, 3.300 euros al año, el 19,4% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 17.000 euros y 22.000 euros pagarán 305 euros al mes de cotización, 3.660 euros al año, el 16,6% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 22.000 euros y 27.000 euros pagarán 425 euros al mes de cotización, 5.100 euros al año, el 18,9% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen 27.000 euros y 32.000 euros pagarán 545 euros al mes de cotización, 6.540 euros al año, el 20,4% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 32.000 euros y 37.000 euros pagarán 670 euros al mes de cotización, 8.040 euros al año, 21,7% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 37.000 euros y 42.000 euros pagarán 800 euros al mes de cotización, 9.600 euros al año, 22,9% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 42.000 euros y 47.000 euros pagarán 935 euros al mes de cotización, 11.220 euros al año, 23,9% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos que oscilen entre 47.000 euros y 48.841 euros euros pagarán 1.075 euros al mes de cotización, 12.900 euros al año, el 26,4% de sus rendimientos netos.
- Los autónomos que tengan unos rendimientos netos superiores a 48.841 euros pagarán un máximo de 1.220 euros al mes de cotización, 14.640 euros al año, el 29,9% de sus rendimientos netos.
Estos datos los hemos sacado de la página de la asociación de trabajadores autónomos ATA.
Por poner algunos ejemplos sangrantes con estas cifras:
- Un autónomo que facture 250 euros al mes, pagará 90 de cuota. ¿Qué pasará con estos autónomos? Que seguirán en economía sumergida, como hacen hasta ahora.
- Un autónomo que gane 12.700 euros al año, en torno al SMI, pagará 275 euros de cuota al mes. Es decir, 3.300 euros al año, con lo que le quedarán 9.400 euros para vivir.
- Un autónomo que gane 50.000 euros, un buen sueldo pero ni mucho menos un sueldo de una persona rica, pagará nada más y nada menos que 14.640 euros al año. Si se suma lo que se descuenta de IRPF, al final la mitad de lo que gana o más se va en impuestos (y eso sin tener en cuenta el IVA).
- Sin embargo, un autónomo que gane, por decir una cifra ya de persona con altísimo poder adquisitivo, un millón de euros, seguirá pagando 14.640 euros al año, o aquellos que obtengan sus beneficios a través de dividendos de sus empresas, ese dinero no entra en el cálculo.
Viendo estos ejemplos, lo de «ingresos reales» esta medida lo tiene en el nombre, nada más.
Durante el período de adaptación se han establecido otras cantidades, que son aún más desfavorables para los autónomos que menores ingresos tienen. Por ejemplo, un autónomo que gane 3.000 euros al año, en 2023 pagará 2.400 euros de cuotas. Le quedan 600 euros al año para vivir. Teniendo en cuenta que es muy probable que ya no haya tarifa plana para nuevos autónomos, vamos a ver una destrucción de pequeños negocios los próximos años sin precedentes.
Además, esta reforma viene con mucha más letra pequeña que no merece la pena mencionar, pero que también es desfavorable. Decimos que no merece la pena mencionar porque esta reforma ha sido propuesta por el gobierno sin acudir a negociaciones con colectivos de autónomos, empresarios ni autonomías, con lo que todos ellos han rechazado de pleno la medida. ATA, UPTA y la CEOE ya han expresado su rechazo, que la medida tiene afán confiscatorio y podría llevarse incluso al tribunal constitucional de salir adelante.
Con unas elecciones a la vista en 2024, esperamos que el gobierno rectifique y haga esta medida, necesaria por otra parte, como tiene que hacerse, mejorando las condiciones de los autónomos, no empeorándolas. Con las mencionadas elecciones al año siguiente, es probable que rectifiquen, ya que el de los autónomos es un colectivo bastante amplio en España.
A continuación os dejo un par de vídeos de un canal de emprendimiento de YouTube donde se explica de palabra todo esto y más cosas relacionadas: