Hoy nos gustaría tratar un tema un poco diferente, que tiene que ver con el ámbito psicológico, el cual es muy importante en la gestión de cualquier negocio o empresa. Y es el tema de aferrarse a una idea o inversión a pesar de que esta no está dando los frutos esperados y se ha intentado todo para que así sea.
¿Cuántas veces te ha pasado a lo largo de tu vida que sigues haciendo o creyendo algo a pesar de que la evidencia te dice que no lo hagas? Probablemente, más veces de las que te imaginas. El problema está en que muchas veces ignoramos estas señales, porque queremos pensar que todo lo que hacemos está bien, es coherente y al final nos va a llevar a un final feliz.
Esto es lo que se conoce, según el psicólogo Leon Festinger, como disonancia cognitiva. Este psicólogo afirmó que las personas tienen una fuerte necesidad interior que les empuja a asegurarse de que sus creencias, actitudes y su conducta son coherentes entre sí.
La única forma de no caer nunca en esta trampa, es evaluar concienzudamente los resultados y consecuencias de cada cosa que hacemos.
Teniendo en cuenta esto, al igual que en otros ámbitos de la vida hay que evaluar determinadas cosas, en los negocios siempre hay que evaluar los resultados que nos aportan las diferentes acciones, ideas o inversiones que llevamos a cabo.
Por ejemplo, si inviertes 1.000 euros al mes en publicidad, tienes que evaluar si realmente eso te está retornando algún beneficio.
El problema es que muchas veces, las personas no se dan cuenta y hay cosas que pasan por alto.
Un ejemplo claro de disonancia cognitiva que nos encontramos a diario en Ilastec
Algunos clientes que nos contactan nos preguntan si la tienda online que ya tienen y que no les aporta ninguna venta y les da dolores de cabeza puede sincronizarse con nuestro programa.
Nuestra respuesta es siempre que no, que tendrían que trabajar con nuestra tienda online, probada por cientos de clientes que consiguen ventas a través de la misma, y la respuesta del cliente muchas veces es: «es que ya he invertido X euros en la tienda online que tengo, y no quería perder esa inversión«.
El ejemplo anterior es un caso clarísimo de lo que es la disonancia cognitiva, y lo peor es que se hace de forma inconsciente: el potencial cliente ha invertido miles de euros en algo que no le da resultado, y lo que quiere es seguir invirtiendo más, con el añadido de sincronizar un programa externo con ello, lo cuál complicaría todo más.
No tiene ningún sentido, se mire por donde se mire. Y más teniendo en cuenta que nuestra tienda online no tiene coste de alta, únicamente se paga una cuota mensual que muchas veces es inferior a lo que el cliente ya está pagando por alojar la tienda online en otro lugar.
En nuestro caso, muchas veces conseguimos hacer entrar en razón al cliente, el cual nos lo agradece con el paso del tiempo, pero muchas otras veces no, y al final el cliente se queda con una tienda online que lo único que hace es llevarse su tiempo y dinero.
Conclusión
Ejemplos como este los hay en cantidad. Seguramente nosotros mismos en Ilastec estaremos siendo víctimas de algún caso de disonancia cognitiva y no nos estemos dando cuenta siquiera.
Por eso es importantísimo evaluar cada acción o inversión que se lleva a cabo. Solo de esta forma sabremos si vamos en la dirección correcta.