Skip to main content

Por las fechas en las que estamos es cuando más subvenciones salen a la luz por parte de distintas administraciones en todas las comunidades. Puede que hayas leído varias noticias acerca de diferentes subvenciones para PYMES, autónomos, etc, pero… ¿realmente merece la pena optar a ellas?

Como empresa desarrolladora de software y de consultoría que somos, muchos de nuestros clientes nos preguntan si una determinada subvención serviría para abonar los costes de nuestros servicios, por lo que continuamente estamos revisando subvenciones que nos hacen llegar nuestros clientes, y siempre detectamos los mismos problemas, que comentamos a continuación.

Tipo de sociedad

Quitando las subvenciones y ayudas a autónomos, las cuales suelen ser insuficientes más allá de la ya famosa tarifa plana, vamos a centrarnos en las subvenciones a empresas, siempre desde el punto de vista de una PYME, comercio o similar con no más de 10 trabajadores, por poner un límite.

El problema es que el 99% de las subvenciones tienen como requisito que el tipo de sociedad para optar a la misma debe ser una Sociedad Limitada o S.L., de la cual hablamos en un artículo. El problema que tienen las S.L. si eres una pequeña empresa, es que sus costes de gestión e impuestos son muy grandes si los comparamos por ejemplo con los de una Comunidad de Bienes o C.B., que es otro tipo de sociedad más orientada a pequeñas empresas.

Por lo tanto, muchas veces el importe que puedes obtener con una subvención no compensa el pasar de una C,B. u otro tipo de sociedad a una S.L.

Período subvencionable

Muchas veces las subvenciones son para sufragar gastos ya acontecidos. Es decir, si por ejemplo el año pasado invertiste 3.000 euros en el desarrollo de una página web para tu empresa, este año podrás optar a una subvención para intentar obtener al menos una parte de esos 3.000 euros gastados.

Puesto que el problema de la mayoría de pequeñas empresas es siempre la liquidez y falta de financiación, muy pocas empresas pueden asumir esta situación de adelantar el importe cuando ni siquiera saber si te van a conceder la subvención o si siquiera va a salir dicha subvención el año que viene.

Importe subvencionado

En la mayoría de subvenciones, el importe subvencionado es un porcentaje con respecto al gasto total de la partida subvencionable. Esto lógicamente para empresas poco capitalizadas es otro problema.

Además, hay subvenciones que establecen también un importe mínimo para la partida subvencionable. Imaginemos por ejemplo una subvención de hasta 20.000 euros, que subvenciona el 75% del importe de la partida, pero que el mínimo de la misma debe ser 10.000 euros.

Estas cifras (adelantar un mínimo de 10.000 euros para luego recibir un máximo, si acaso, de 7.500), son inasumibles para la gran mayoría de micro-empresas.

Papeleo

Otro problema importante es el papeleo. Muchas veces, para poder optar a una subvención de apenas 600 euros, hay que entregar tanto papeleo (del orden de 10 documentos, incluídos en ellos informes favorables por parte de determinados organismos), que la pérdida de tiempo necesaria para ganar la subvención no compensa el importe obtenido.

Conclusión

Espero que ahora entiendas la relación que tiene la imagen de cabecera de este artículo con las subvenciones: para la gran mayoría de PYMES es muy complicado acceder a una subvención por diferentes motivos. Es un puzzle complicado de resolver, en el que a veces incluso faltan piezas.