Como ya hemos dicho en el anterior artículo de esta serie, ser productivo con el ritmo de vida actual que tenemos es una ventaja competitiva tanto en el trabajo, como en los negocios o en tu vida diaria.
Una vez aprendidos y puestos en práctica los consejos de los que hablamos en el primer artículo sobre productividad, deberías continuar implementando en tu día a día estos 5 consejos para ser más productivo todavía.
1. Cuida la dieta
Somos lo que comemos, eso es algo que estamos cansados de escuchar. Pero también es algo que casi nadie pone en práctica, y es porque la mayoría de gente no es consciente de lo bien que te sientes cuando comes bien a medio y largo plazo.
¿Cómo empezar a comer mejor? Pues lo primero es eliminar ciertos alimentos, como los ultraprocesados, bollería, chucherías, establecimientos de comida rápida, precocinados… en definitiva, lo mejor es centrarse en comer alimentos, y no productos.
Un ejemplo de alimento es una pechuga de pollo, o un pimiento; y un producto sería una pizza precocinada, por ejemplo, o unos cereales de desayuno comerciales.
Además, la base de la dieta deben ser las frutas y las verduras, no los cereales como mucha gente cree y como la industria azucarera nos ha hecho creer.
El consejo final que te doy con respecto a este tema, es que leas mucho, y que vayas a un nutricionista, te aseguro que te va a cambiar la vida a mucho mejor.
2. Haz deporte
Son innumerables los beneficios del deporte, tanto a corto como a largo plazo.
A corto plazo mejora la calidad del sueño, los niveles hormonales del cuerpo, nos hace estar más activos, desconectar, relajarnos… y a largo plazo previene infinidad de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, sarcopenia, cáncer, diabetes…
Es imposible ser productivo sin tener una buena salud, y para eso los puntos 1 y 2 son fundamentales.
3. Establece rutinas y hábitos
El ser humano toma miles de decisiones al día, y a medida que el día avanza, es más difícil tomar las decisiones correctas porque tenemos la sensación de que como las hemos tomado anteriormente, podemos relajarnos.
¿Cómo evitar esto? Establece hábitos y rutinas que hagas sin pensar. Por ejemplo, por la mañana establece una rutina en la que te levantes, desayunes, hagas algo de deporte, te asees, etc, y cuando se convierta en un hábito verás que ni siquiera tendrás que pensar si te apetece hacer ese deporte o no, lo harás automáticamente porque sabes que te conviene.
4. Simplifica tu vida
Muchas veces nos complicamos en exceso, queremos tener cosas materiales que no nos hacen falta o estamos pendientes de los logros o fracasos de otras personas cuando no deberíamos.
Por ejemplo, cuando vemos algo rebajado, ya tenemos la sensación de que comprarlo es una buena elección, porque estamos comprando algo por un precio inferior a su valor.
Pero realmente no es así, ya que no sabemos el margen que tiene la empresa que te lo vende sobre ese precio rebajado, que igual sigue siendo muy alto.
O si un conocido nuestro tiene un coche nuevo, nos entran ganas a nosotros de cambiar de coche también, cuando no lo necesitamos.
En resumen, no te dejes influenciar por el entorno, ve a lo simple, disfruta de las cosas que realmente importan: familia, amigos, pareja, un día soleado, un buen café… y céntrate en lo que te importa, nunca en lo que hacen o tengan otras personas, no tienes que compararte con nadie.
5. Actúa
Un buen plan hoy es mejor que un plan perfecto mañana. El momento perfecto no existe, la clave es avanzar. Si esperas al momento perfecto para hacer algo, nunca lo harás.
¿Quieres empezar a hacer ejercicio? Empieza hoy, no esperes a mañana. ¿A comer bien? Empieza ya en la próxima comida que hagas, no esperes a la semana que viene o a después de navidades o del verano.
¿Quieres crear un negocio? Nunca vas a encontrar el momento ideal, así que si la idea es buena y estás dispuesto a darlo todo, hazlo cuanto antes.