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Tanto si eres empresario como empleado, sin duda este artículo te interesa. ¿Sabes el coste que supone para una empresa contratar a un trabajador? Hay infinidad de casos particulares pero en general es fácil calcular el coste aproximado que tendrá para tu empresa contratar a un nuevo empleado.

¿Qué gastos conlleva contratar a un trabajador?

En primer lugar, hay que tener en cuenta los costes directos, que son:

  • Su salario.
  • Complementos al salario (como por ejemplo un plus por objetivos).
  • Sus cotizaciones.
  • Dietas y otros gastos similares.
  • Porcentaje adicional del salario en caso de despido del trabajador.

Y, más allá de eso, hay que tener en cuenta los costes indirectos:

  • Gastos relativos al proceso de búsqueda.
  • Gastos de asesoría y gestión.
  • Seguros y similares (como por ejemplo la prevención de riesgos laborales).

Los costes indirectos pueden variar mucho y realmente no son obligatorios, salvo la prevención de riesgos laborales u otros seguros que sea necesario contratar por la naturaleza del puesto del trabajador, por lo que vamos a dejarlos de lado suponiendo que pueden ser, de media, 50 euros al mes. Por eso vamos a centrarnos en los costes directos.

Salario del trabajador

Para empezar, hay que tener en cuenta que siempre que se hable de sueldos hay que hacerlo en bruto. No tiene sentido ofrecer un salario neto a un trabajador porque va a depender de muchas cosas que es imposible saber: sueldos anteriores en el mismo ejercicio que haya tenido, número de hijos a cargo, si hace la declaración de IRPF en conjunto con su pareja o no, discapacidades… y muchas otras cosas.

Por eso, siempre hay que hablar de salario bruto.

Dentro del salario podemos diferenciar dos grupos de ingresos para el trabajador: percepciones salariales (su salario base en dinero o especie, pluses, pagas extra, etc) y las percepciones no salariales (indemnizaciones, dietas, etc). Las percepciones salariales se tienen en cuenta para la cotización a la seguridad social, pero las extrasalariales no, como es lógico, ya que no tiene sentido que pagues un porcentaje de lo que recibes en dietas que has puesto de tu bolsillo (aunque en el caso de las dietas hay límites).

El salario bruto, en última instancia, no puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), o, en caso de haberlo, al marcado por el convenio colectivo al que pertenezca el puesto del trabajador para su categoría profesional. Es decir, a fecha de hoy, 15 de junio de 2020, nadie puede cobrar por un trabajo a jornada completa menos de 950 euros brutos por 14 pagas.

En caso de ser una jornada con menos horas, se calcula la parte proporcional. Y las pagas extra pueden abonarse de forma prorrateada mes a mes junto con el salario o de forma separada. Al final, una persona que cobre el SMI tendrá un salario mensual de aproximadamente 1.100 euros al mes.

Complementos

Los complementos pueden variar mucho, desde unos pocos euros hasta miles. Lo único a tener en cuenta es que se suman al salario base para calcular el importe de la cotización a la seguridad social.

Cotizaciones sociales a cargo de la empresa

Son las siguientes:

  • Contingencias comunes: 23,60% del salario bruto del trabajador.
  • Desempleo: 6,70% en contratos temporales, 5,50% en indefinidos.
  • Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales: puede ir del 1% para trabajos de oficina a 6,70% para trabajos como la construcción.
  • Formación profesional: 0,60%.
  • FOGASA o Fondo de Garantía Salarial: 0,20%.

Es decir, como poco una empresa pagará en cotizaciones sociales el 30 y algo por ciento del salario del trabajador.

Por ejemplo, para el caso de un trabajador con el SMI de 1.100 euros mensuales (con pagas extra ya prorrateadas), pagaría para el convenio de oficinas con contrato indefinido 339,90 euros.

Sabiendo todo esto, hay que tener en cuenta que estamos calculando el salario bruto del trabajador, pero quedaría por saber cuál sería su salario neto (lo que recibe a final de mes). Pero esto vamos a dejarlo para otro artículo.