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Una de las preguntas más comunes en una entrevista de trabajo por parte del potencial nuevo empleado es cuánto dinero, a fin de cuentas, va a ser ingresado en su cuenta bancaria a final de mes. Es decir, ¿cuál será su salario neto?

La semana pasada publicamos un artículo acerca de cuál es el coste total para una empresa al mes por contratar a un empleado. Y, al igual que la empresa debe pagar unos impuestos que van ligados a la cantidad de dinero que el trabajador percibe, este último también tiene que hacerlo, y además la mayor parte se descuentan directamente de su nómina.

¿Qué es el salario bruto y el salario neto?

Antes de nada, hay que saber qué diferencia hay entre salario bruto y salario neto: básicamente el salario bruto es la cantidad de dinero que cobra el trabajador, impuestos incluídos, mientras que el salario neto es la cantidad libre de impuestos que cobra una persona por su trabajo. Es decir, lo que le queda a final de mes para sus gastos.

A la hora de negociar el salario con una empresa, siempre debe hacerse en cantidades brutas, porque el neto va a depender no solo de la cantidad bruta que cobres, sino de tu situación personal en cuanto a edad, número de hijos, si estás desplazado o no de tu lugar de residencia, discapacidad, mayores o menores a cargo con discapacidad, aportaciones a un plan de pensiones privado, seguros que tengas contratados… y otros factores.

Dos personas que cobren un salario bruto de 25.000 euros anuales no tiene por qué cobrar el mismo salario neto. De hecho sería raro que lo hicieran, ya que tendrán más o menos deducciones en el IRPF en función de todo lo mencionado en el párrafo anterior.

Además, hay que tener en cuenta también el número de pagas. Es decir, si el trabajador cobrará su salario en 12 pagas, o en 14 o más, teniendo así pagas extra. El salario al final del año será el mismo, pero la cantidad mes a mes no. Cuantas más pagas, más tarda un trabajador en cobrar realmente su salario. Lo mejor siempre es cobrar el salario en 12 pagas. Piensa que si en junio cobras una paga extra, ese dinero ya deberías haberlo cobrado realmente en tu nómina mes a mes entre enero y junio. Realmente las pagas extra son un instrumento de financiación sin coste para las empresas.

¿A qué impuestos está sujeto un trabajador?

Prácticamente, a los mismos que las empresas: seguridad social, IRPF y desempleo principalmente.

En cuanto a la seguridad social, un trabajador debe abonar por contingencias comunes en torno al 6,4% de su salario bruto.

Si hablamos de IRPF, se trata de un impuesto progresivo: cuanto más cobras, más pagas, y va desde el 19% para salarios en torno a los 12.000 euros hasta el 45% para salarios superiores a los 60.000 euros.

Hay que tener en cuenta que no hay error de salto. Es decir, una persona que cobre 70.000 euros no pagará un 45% de 70.000 euros, sino un 19% de los primeros 12.000, un 24% de 12.000 a 20.000, y así progresivamente.

Además de todo lo mencionado, también habrá que tener en cuenta el tipo de contrato del trabajador: si es temporal, indefinido y, en caso de ser temporal, la duración del mismo.